CÓMO CAMBIAR DE SEGURO DE SALUD | Bloc Brokers
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CÓMO CAMBIAR DE SEGURO DE SALUD

Nos llega la carta de renovación del seguro de salud en la que nos informan de la nueva cuota para el año que viene y ¡ZAS! inmediatamente nos planteamos si continuar con el seguro o buscar una alternativa más económica y que se adapte mejor a nuestras circunstancias.

Cambiar de seguro de salud no es fácil. Y no me refiero al trámite administrativo, que es muy sencillo: basta con escribir una carta a la compañía con la que tenemos contratado el seguro actual comunicándole nuestra decisión de no continuar, con una antelación de como mínimo un mes antes del vencimiento (habitualmente el 31 de diciembre). Al mismo tiempo, contratamos un nuevo seguro haciendo coincidir la fecha de inicio con la fecha de terminación del anterior (habitualmente el 1 de enero).

No obstante, hay que tener en cuenta algunas consideraciones de cómo hacerlo:

> Es conveniente suscribir el nuevo seguro antes de anular el actual

Al contratar un nuevo seguro, los asegurados incluidos en la póliza tendrán que pasar el filtro de los criterios de aceptación de la nueva compañía y puede ocurrir que alguno de ellos no sea aceptado o que se le excluya alguna patología en concreto.

> Se deben analizar las preexistencias de cada asegurado

Una preexistencia es “aquella condición médica, alteración de la salud o trastorno orgánico, que existe con anterioridad a la fecha de la contratación o inclusión del Asegurado en la póliza y que normalmente es percibida por signos o síntomas, independientemente de que exista un diagnóstico médico y no siendo necesariamente patológico”.

Puede que en el momento contratar la póliza actual, todos los asegurados incluidos en ella estuvieran perfectamente. No obstante, es posible que desde aquel momento hasta la actualidad, alguno de ellos haya desarrollado alguna patología, ya sea por el paso del tiempo, por enfermedad o accidente.

Puede ocurrir que depende de la patología que sea, la nueva compañía no acepte al asegurado o lo haga excluyendo de la cobertura todo aquello que esté relacionado con la dolencia en concreto o aplicando un recargo en el precio. En todo caso, las compañías informan de todo ello previamente a la contratación para que el cliente pueda decidir si continuar no.

 > Hay que prestar atención a los periodos de carencia

Una carencia es “el intervalo de tiempo, contando a partir de la fecha de efecto del seguro, durante el cual no son efectivas algunas de las coberturas incluidas dentro de las garantías de la póliza.”

Es decir, el periodo de tiempo durante el cual los distintos asegurados no podrán hacer uso de determinados servicios.

Las compañías suelen establecer este tiempo para evitar que una persona contrate el seguro para cubrir una necesidad médica urgente y luego finalizar el contrato o darse de baja, una vez cubierta su urgencia. Hay que tener presente, que un seguro de salud no es un servicio de atención sanitaria, sino que es un contrato con una compañía aseguradora para cubrir una posible contingencia, es decir, una posible enfermedad o accidente. Si fuera un servicio, estaríamos pagando el mantenimiento de la estructura sanitaria necesaria para poder atendernos en caso de enfermedad o accidente, que es el caso del servicio público de salud. En un seguro lo que hacemos es traspasar a una entidad las consecuencias económicas del riesgo de contraer una enfermedad o accidente. Lo que ocurre, es que en la mayoría de seguros, en lugar de reembolsarnos el gasto, nos prestan el servicio directamente a través del concierto con profesionales y centros sanitarios. Y eso es lo que, en algunas ocasiones, causa la confusión. El coste de un servicio médico, como es el sistema público, depende de los que cuesta mantener toda la estructura que lo compone; mientras que en el seguro depende de cuantas veces enferman o se accidentan sus asegurados y del gasto que supone sanarlos.

No obstante, las carencias no se suelen aplicar en caso de urgencia vital o accidente, siempre y cuando el problema no sobrevenga por una patología o lesión diagnosticadas antes de la contratación de la póliza.

Las carencias oscilan entre los tres meses y el año, pero en algunas aseguradoras pueden llegar a los dos años, dependiendo del tratamiento. Por lo general, hay periodos de carencia en hospitalización, tratamientos complejos, intervenciones quirúrgicas y partos.

La práctica habitual de las compañías es no aplicar carencias en el caso de que el cliente y los asegurados provengan de otra aseguradora, aunque hay que fijarse en las excepciones, como suele ser todo lo relacionado con embarazo y el parto.

Para suprimir las carencias nos solicitarán los recibos pagados de la compañía de la que se proviene y es importante que no haya un periodo sin cobertura entre la finalización del antiguo y la contratación del nuevo.

> Revisar las prestaciones del nuevo seguro

No es fácil leerse un condicionado general, pero es recomendable hacer un repaso de las coberturas de la nueva póliza y sobre todo de las exclusiones, que deben estar convenientemente resaltadas en negrita como establece la Ley.

Habitualmente las compañías ofrecen servicios de asistencia primaria, todas las especialidades médicas y quirúrgicas, tratamientos complejos, métodos de diagnóstico avanzados, medicina preventiva, asistencia en viaje, etc.

Pero debemos fijarnos también en aspectos tales como:

    • Existe copago o no

Una forma de reducir el precio del seguro es incluir un pago a cargo del cliente por acto médico y/o prueba diagnóstica. Hay que valorar si nos interesa o no. En el caso de asegurados jóvenes con buena salud, esta modalidad puede resultar interesante.

    • La localización de los servicios

Sobre todo los que hace referencia a urgencias, que son los que deberían estar más cercana a nuestro domicilio.

    • Durante cuánto tiempo se mantiene la oferta económica

Hay que tener cuidado con las ofertas temporales, dado que después, al incremento de precio que supone la “normalización de la cuota», hay que añadirle el incremento normal por el encarecimiento de los servicios médicos o la inclusión de nuevos tratamientos o métodos de diagnóstico.

También debemos tener en cuenta la evolución de las tarifas, para evitar que a partir de cierta edad no se nos apliquen incrementos que no podamos soportar económicamente, justo cuando el riesgo de enfermedad aumenta y el gasto médico se dispara.

    • Qué se excluye

Todos los seguros tienen exclusiones, aspectos que no quedan cubiertos. Hay que fijarse, en especial por lo que respecta a enfermedades como la infección por VHI o, en la actualidad, por el COVID-19. También suelen ser exclusiones habituales, las lesiones sufridas por la práctica de actividades consideradas de riesgo o las complicaciones derivadas de la adicción al alcohol y otras drogas.

    • Consultar con un profesional el seguro

Obviamente prefiero que acudas a BLOC BROKERS pero, en todo caso, siempre es preferible consultar con un profesional que sepa qué ofrecen las compañías y qué puede ser mejor para tu caso.

Cada aseguradora tiene una extensa oferta de productos y modalidades. En BLOC BROKERS te asesoraremos en función de tu naturaleza, momento vital y circunstancias familiares y económicas.

Así que ¡mucha salud!

Ferran Rovira
Socio director de BLOC BROKERS

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