19 Mar ¿ES UN BUEN MOMENTO PARA SUSCRIBIR UN SEGURO DE SALUD?
Las constantes noticias sobre la saturación de la sanidad pública, nos pueden hacer creer que favorecen la demanda de seguros privados de salud. Seguramente es así, pero no tanto como he oído en algunos medios de comunicación, en los que parecía que la gente estaba haciendo cola para contratar seguros de salud.
Según los datos publicados por ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones), el número de asegurados de Salud creció un 3,34% en 2020, alcanzado la cifra de 12.802.665 personas.
Pero este crecimiento de asegurados no se debe únicamente al impacto de la Covid, sino a una tendencia que ya se iba gestando desde hace unos años. Desde 2015, cuando este tipo de seguro sumaba 10,77 millones de asegurados, el crecimiento medio anual en el número de clientes ha sido del 3,51%, según los propios datos de ICEA. En 2011 eran 8,7 millones.
No me gusta hacer vaticinios, y menos basados en hechos pasados, pero si durante la crisis económica del 2008, los seguros privados no solo no perdieron clientes, sino que las cifras de personas aseguradas se incrementaron ligeramente, a pesar de la caída en las rentas familiares; podemos augurar un escenario muy parecido en estos momentos. A l fin y al cabo, la salud es la principal prioridad de las personas y perderla se ha convertido en la principal preocupación, según dicen las encuestas.
¿Qué papel están jugando los seguros de salud en esta crisis sanitaria?
Uno puede imaginarse, que la contribución de los seguros de salud durante estos últimos meses ha sido hacerse cargo de los enfermos de Covid que no podía absorber el sistema publico. A pesar de que, de manera general, los seguros sobre las personas que hacen relación a la salud, excluyen de sus coberturas las epidemias declaradas oficialmente.
De alguna manera es cierto, pero también es verdad que el sistema público ha hecho un esfuerzo excepcional por ampliar su capacidad y poder hacerse cargo de la gran mayoría de los enfermos, esfuerzo que ahora tiene su continuación con la campaña de vacunación.
Pero este tremendo esfuerzo que ha hecho la sanidad pública ha ido en detrimento del resto de enfermedades no Covid. Así han salido perjudicados los propios servicios de urgencias, las visitas a especialistas, la realización de pruebas diagnósticas y las intervenciones quirúrgicas no vitales. De hecho, aún es pronto para evaluar el daño que ha podido hacer la pandemia en el resto de enfermedades, algunas por falta de diagnóstico, otras por el retraso en aplicar el tratamiento adecuado.
Y es aquí donde los seguros de salud pueden y deben tener un papel relevante en el sistema de salud, visto en su doble perspectiva: público y privado. No se trata de que los seguros privados compitan con la sanidad pública, sino de que colabore con ella y la apoye.
Mayor demanda no quiere decir mayor precio
Efectivamente, que exista una mayor demanda no implica directamente que hayan aumentado los precios, e incluso me atrevería a decir que están decreciendo, por el efecto de la gran competencia entre las compañías y mutuas aseguradoras, que está provocando un aluvión de ofertas.
Hay que vigilar que estas ofertas no sean temporales: algunas aseguradoras aplican descuentos (explícitos u ocultos en el propio precio) en los primeros años, pero que cuando desaparecen hacen que la póliza deje de ser interesante, momento en el que quizá no sea posible cambiarse.
En BLOC BROKERS no ocupamos de analizar este tema y de informar de forma transparente a nuestros clientes.
Este año se mantienen las ventajas fiscales para empresas y sus empleados y para los trabajadores autónomos
Los seguros de salud que la empresa paga en favor de sus empleados son un gasto deducible en el impuesto de sociedades (hasta un límite de 500 EUR por empleado); para los empleados, si el seguro lo paga la empresa, el seguro de salud está exento en el IRPF hasta el límite de 500 euros anuales para cada uno de los miembros de la unidad familiar (cónyuge y descendientes), o 1.500 EUR para los miembros con discapacidad.
A menudo es el empleado quien paga el seguro de salud dentro de un colectivo abierto, o se comparte el coste entre empresa y empleado. En estos casos, no hay beneficio fiscal salvo que el seguro se incluya dentro un plan de retribución flexible o PCF (Plan de Compensación Flexible). En estos casos, la prima la abona el empleado a través de la reducción de su retribución bruta (la prima se resta de la nómina bruta del trabajador). Esta retribución en especie está exenta en el IRPF con los mismos límites mencionados anteriormente.
Los trabajadores autónomos también tienen ventajas fiscales por contratar un seguro de salud. Las primas satisfechas en seguros de salud son gasto deducible para la determinación del rendimiento neto en estimación directa del IRPF de los autónomos. Se incluyen tanto el seguro de salud del propio autónomo, como los de su cónyuge e hijos menores de veinticinco años que convivan con él. El límite máximo de deducción es 500 euros por asegurado (1.500 euros en caso de discapacidad).
En conclusión
Puestas así las cosas, podemos afirmar que SÍ es un buen momento para contratar el seguro de salud.
Además, no hay que esperar a ponerse enfermo y ver las orejas al lobo para hacerlo, dado que hay que tener en cuenta que se debe esperar un tiempo para disfrutar de ciertos servicios (carencias) o que no se suelen incluir dolencias preexistentes o tratamientos en curso.
En BLOC BROKERS colaboramos con entidades y mutuas especialistas, tales como SegurCaixa Adeslas o Fiatc, y compañías de primer nivel con productos de alta calidad como, por ejemplo, Generali y Allianz, con el propósito de poder proporcionar el producto y las coberturas que mejor se adapten a cada uno de nuestros clientes, de forma individualizada.
Así que ¡mucha salud!
Ferran Rovira
Socio director de BLOC BROKERS
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