QUÉ DIFÍCIL SE ME HACE ESCRIBIR SOBRE EL SEGURO DE DECESOS | Bloc Brokers
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QUÉ DIFÍCIL SE ME HACE ESCRIBIR SOBRE EL SEGURO DE DECESOS

Ahora que se habla tanto de la ética del marketing, yo siempre he tenido la tranquilidad de conciencia de que lo que he impulsado con mis acciones y mi trabajo, han sido productos que estaban en línea con mis valores y con los valores que mis mayores me transmitieron: la previsión y el ahorro.

Dicho esto, tengo que confesar que, para mí, siempre ha sido un reto la promoción del seguro de decesos. Y en este ejercicio de sinceridad, también tengo la necesidad de admitir que muchas veces he recurrido a tópicos y fórmulas tradicionales políticamente correctas. Sí, señoras y señores, nunca he sabido muy bien cómo enfocarlo, sin expresar lo que realmente me salía de dentro, por miedo a ser demasiado transgresor y decir las cosas por su nombre.

Así, siempre he evitado la palabra muerte, sustituyéndola por “llegado el momento”, “circunstancia difícil”, “el ocaso de nuestras vidas”, “cuando llegas al horizonte”…lo más cerca de la palabra muerte que he utilizado es “fallecimiento”, pero poco, solo cuando ya era inevitable para que se entendiera a qué me refería.

Hablar de la muerte es tabú en nuestra cultura occidental, incluso en una situación excepcional como la que estamos atravesando, en la que desgraciadamente toma  más protagonismo y es casi inevitable referirse a  ella diariamente. Prueba de ello, es que vamos fabricando continuamente eufemismos para evitar el verbo morir. El último de ellos he de reconocer que me ha sorprendido: traspasar. Realmente da una idea de continuidad que siempre es más reconfortante que la idea de final.

Aunque realmente lo que me pone los pelos de punta es convertirlo en un recuento diario, en una cifra que, de manera voluntaria o no, banaliza lo que a nivel individual es muy doloroso.

En general, contratamos el seguro de decesos por “amor”, porque queremos a las personas que seguramente se tendrán que hacer cargo de nuestro entierro (entiéndase sepelio en cualquiera de sus modalidades) y les queremos evitar la carga administrativa y la económica que comporta ese momento. Porque, digámoslo claro: en una sociedad en donde todo está mercantilizado, morirse sale caro.

No obstante, en la mayoría de los casos no somos conscientes del monto económico que supone un entierro y la motivación de comprar o mantener un seguro de decesos es la de evitarle a la familia o allegados todos los trámites administrativos que supone la muerte, en un momento en que anímicamente estarán afectados.

También, muchas personas lo contratan con el objetivo de tener la tranquilidad de saber que, llegado el momento, será tratado según sus creencias religiosas o, en el caso de contratar la cobertura de repatriación, que sus restos serán trasladados a su país de origen.

Los seguros de decesos han evolucionado mucho en los últimos años y han ido incluyendo prestaciones que permiten beneficiarse de la póliza “en vida”. Por ejemplo, pueden incluir servicios médicos, dentales y legales, con algunos actos gratuitos y otros a precios reducidos; cobertura de asistencia en viaje; o los llamados programas de bienestar que, también a precios ventajosos, ofrecen servicios de acupuntura, fisioterapia, osteopatía, spas y gimnasios, etc. Y lo mejor de todo: ahora lo puedes contratar casi a cualquier edad, según la modalidad. Por ejemplo, uno de los últimos productos que ha salido al mercado, está especializado en personas entre 50 y 80 años.

Pero lo que hay que tener en cuenta a la hora de contratar es que tenga un capital suficiente, que incluya todos los gastos  de sepelio, incluido el traslado de municipio. Y si no se llega a gastar, que se devuelva el sobrante a los beneficiarios. Finalmente, hay que elegir la modalidad de prima que más nos convenga, según nuestra edad y circunstancias personales y familiares. Y es en estos temas, donde hay que buscar un buen asesoramiento.

En mi opinión, el servicio que presta el seguro de decesos es lo que le confiere su auténtico valor, más que la asunción del coste económico, que se podría resolver con otras soluciones aseguradoras, como los seguros de vida.  Quizás por eso, es uno de los más populares en España, porque nos acompaña en uno de nuestros peores momentos.

No es obligatorio, como el de automóviles, pero es uno de los seguros que da cobertura a un hecho cierto, en lugar de a una posibilidad. Y es que, señoras y señores, si algo sabemos de verdad, es que todos un día u otro vamos a traspasar.

Mientras tanto disfrutemos del viaje, pese a todo.

Ferran Rovira
Socio director de BLOC BROKERS

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